La festividad de La Merced en ámbito de Instituciones Penitenciarias
El día 24 de septiembre se celebra la festividad de Nuestra Señora de la Merced, «patrona del Cuerpo de Prisiones (...) y de las prisiones de España», como reza la Orden de 27 de abril de 1939 que instituyó esta festividad en el ámbito de Instituciones Penitenciarias.
El motivo de la elección de Nuestra Señora de la Merced como patrona de las prisiones de la época no es aleatorio. El objetivo de Franco, como se desprende del párrafo segundo de esta Orden, es reconducir a los numerosos presos políticos hacia ideales católicos y conservadores.
«Hoy (el fin de la Guerra Civil se declaró el 1 de abril), que España emprende la reconquista espiritual de aquellos españoles que nos fueron arrebatados en la propia Patria por la violencia y el engaño de las fuerzas anticristianas y abre un cauce generoso para la Redención de la pena de aquellos otros que, desengañados, quieren sinceramente incorporarse a la gran comunidad familiar de todos los españoles, vuelve también los ojos a los mismos principios de piedad y de fe y a su tradición mariana, para que la ayuda del Cielo haga fecundos los esfuerzos de nuestra buena voluntad».
Y para llevar a cabo esta labor se escoge a una orden religiosa cuyo nacimiento se produce en la ciudad de Barcelona en 1218, con el objetivo de dedicarse a la redención de los cristianos cautivos en manos de musulmanes.
La Orden de Nuestra Señora de la Merced fue fundada por San Pedro Nolasco junto con el rey Jaime I de Aragón, conocido como "el Conquistador" y su confesor San Raimundo de Peñafort (actual patrón de los juristas e introductor de la Inquisición en el Reino de Aragón). Finalizada la cruzada contra los musulmanes, los postulados de la Orden varían hacia la atención de todos los cautivos y su redención, de ahí su labor en las prisiones españolas.
La festividad de la Patrona de las Prisiones supuso para las personas privadas de libertad, en el momento de su instauración y como indica el artículo segundo de la Orden de 27 de abril de 1939, que se les proporcionará «aquellas alegrías compatibles con el régimen de la Prisión concediéndoles una visita extraordinaria y sirviéndoles una comida especial».
Este carácter religioso de la festividad de Nuestra Señora de la Merced no es tan patente en nuestros centros penitenciarios, más allá de la reivindicación de los voluntarios religiosos que continúan celebrando la efemérides de esta patrona.
Como Estado laico y dentro del respeto a las distintas confesiones religiosas que participan en la vida diaria de los centros penitenciarios se respetan las tradiciones religiosas de cada una de ellas: la Natividad, el Ramadán...
Y para lo que denominó
la Orden de 27 de abril de 1939 «el Cuerpo de Prisiones», se mantiene la festividad del día 24 de septiembre
como el momento del reconocimiento y el otorgamiento de las condecoraciones
penitenciarias reguladas en la Disposición Adicional Tercera del Reglamento
Penitenciario aprobado por Real Decreto 190/1996, de 9 de febrero.