REFERENTES HISTÓRICOS DEL DERECHO PENITENCIARIO
Rafael SALILLAS Y PANZANO
1854-1923
Rafael Salillas nació en Angüés (Huesca) en 1854, iniciando sus estudios de medicina en Zaragoza y terminándolos en Madrid. Tras ejercer como médico durante un breve periodo de tiempo, con 26 años de edad comienza su carrera en la Administración penitenciaria, con su ingreso como Jefe de Administración Civil de 5ª clase en 1880. En su trayectoria asumiría diversos puestos oficiales de relevancia, de forma sucesiva o simultánea: en 1885 se hace cargo del Negociado de Higiene y Antropología recién creado, en 1891 ocupa la dirección del Registro General de Penados y Rebeldes (el mismo negociado), en 1904 es miembro y después secretario del Consejo Penitenciario, en 1906 es nombrado director de la Prisión Celular de Madrid (cárcel modelo) como Jefe de Administración Civil de 2ª clase y en el mismo año se convierte en el director de la Escuela de Criminología que en ese año se inauguraba.
A lo largo de su vida, compatibilizó el desempeño de sus cargos oficiales con una fecunda labor docente (en la universidad, en seminarios académicos, en el Ateneo de Madrid y en la Escuela de Criminología), divulgadora, como redactor de proyectos de reforma legislativa y de investigación científica, tanto en el ámbito penitenciario como de la criminología.
Respecto de su labor como criminólogo, Rafael Salillas indagó sobre las causas del delito, las tipologías delincuenciales y sobre los elementos sociológicos del crimen y sociología en general. Realizó numerosos estudios antropológicos y fue uno de los fundadores de la Revista de Antropología Criminal y Ciencias Médico-Legales y de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria. Inicialmente se identificó con la Escuela Positivista Italiana, con Cesare Lombroso en particular, aunque progresivamente fue distanciándose y apartándose en parte de sus postulados, al criticar ciertos aspectos de la misma (concepto de delincuentes natos o del libre albedrío) incidiendo más en los aspectos ambientales (como los nutricionales) que en los biológicos.
Su papel como penitenciarista fue todavía más
relevante, pues Salillas tuvo gran influencia en la reforma penitenciaria de
inicios del siglo XIX, participando en las iniciativas de la época para la
modernización de las infraestructuras, del personal penitenciario y la mejora
del delincuente por medio del trabajo y de la educación. Destacará por su impulso
de un sistema de individualización de la pena a partir del estudio individual
de cada sujeto, visible en el Decreto de 18 de mayo de 1903,
que estableció un «tratamiento reformador» a través de un «régimen de tutela» durante
la privación de libertad, con el «único fin» de evitar futuros delitos, aunque fue
de escasa aplicación. Se trató de un intento de dotar de una mayor flexibilidad
al sistema, cuyo último objetivo para Salillas era la sentencia indeterminada. En todo caso, desde la perspectiva histórica,
a él se atribuye la idea de la necesidad del estudio del condenado e
individualización del tratamiento aplicable, que constituye el precedente del
sistema de individualización científica que contempla la LOGP.
Algunas de sus propuestas más destacadas pueden sintetizarse en:
- Reforma del sistema de acceso a la función pública del personal penitenciario («…porque sólo exige para ingresar en el Cuerpo un examen somero de lectura, escritura y elementos de aritmética, con no sé qué otra clase de preguntas, y es verdaderamente depresivo que se tuviera de la función penitenciaria tan pobre idea, poniéndola al alcance de la cultura más somera y más mezquina»).
- Reforma y mejora de las infraestructuras de privación de libertad («Nuestros establecimientos penales, además de los vicios que se apuntan en el texto de este libro, obedecen á una clasificación irregular y sin base científica: están clasificados por penas»).
- Supresión de los cabos de vara o análogos («¿Qué es el cabo de vara? Un ente híbrido, hijo del crimen y de la ley, asesino, homicida, parricida, violador, ladrón, etc., que ha cometido uno ó muchos delitos, que ha vivido poco ó mucho tiempo divorciado de la ley y que cuando la coacción lo reduce á la imposibilidad de hacer el daño en la vida libre, la ley lo inviste de cierta autoridad ejecutiva, y el abuso de cierta autoridad dispositiva, para ejercerlas contra la población delincuente confinada»).
- Creación de la Escuela de Criminología («A esto obedece la Escuela de Criminología: á educar el personal en las nuevas normas científicas, capacitándolo para la acción penitenciaria que se ha de desenvolver»).
- Importancia fundamental de la educación en el tratamiento penitenciario («la educación es el modo de defensa formulado por la moderna criminología, y esto mismo está patente en los desenvolvimientos legales y orgánicos que en grande se manifiestan en aquellos pueblos donde la educación es la norma, constituyente»).
- Significación del trabajo penitenciario como elemento productivo y moralizador («Del trabajo se pueden obtener los beneficios de la actividad, gran agente fisiológico, y los productos de la energía empleada, grandes medios para que el confinado no gravite sobre el presupuesto de la Nación y para que indemnice á sus víctimas»).
- Necesidad de la observación individualizada antes del tratamiento («todo tratamiento deberá ser comenzado y dominado por un servicio especial de observación psicológica con descripción sistemática»).
Son muchas las obras publicadas por Rafael Salillas, incluyendo textos literarios, pero sobre todo investigaciones sobre antropología, sociología y criminología y también 'retratos' de algunos famosos delincuentes (como el Cura Merino, Angiolillo o Moral). No obstante, entre todas ellas, en lo que atañe al ámbito específicamente penitenciario y de la privación de libertad, podemos subrayar las siguientes:
La vida penal en España (1888). Se trata de una colección de artículos referentes a «la vida penal», la mayoría publicados previamente en diversas revistas y periódicos, entre los años 1886 y 1888. El recopilatorio se divide en tres partes (el presidio, la casa galera y la cárcel). En la primera, el presidio, se abordan cuestiones como las galeras, cuadras, patios, talleres, vestuario, higiene y alimentación y racionado, seguridad y disciplina, atención médica y enfermedades y afecciones médicas más frecuentes en las prisiones, acompañando los artículos de datos estadísticos (médicos, delictivos, de quebrantamientos, de educación, etc.). En la segunda, la casa galera, se presta atención a las mujeres privadas de libertad, en aspectos como: correspondencia y relaciones entre mujeres y hombres encarcelados, homosexualidad, religiosidad, trabajo y otros aspectos sociales del encarcelamiento. En la tercera parte, la cárcel, se describen las cárceles y presidios españoles, algunas de ellas de forma detallada.
La antropología en el derecho penal (1888).
Transcribe la conferencia pronunciada por el autor en el Ateneo de Madrid, un
repaso de las referencias a la antropología criminal y las cárceles en la
literatura española, en el que incluye nociones metafísicas, jurídicas y de la
medicina.
Doña Concepción Arenal en la ciencia jurídica (1894).
Recoge en una obra colectiva la conferencia pronunciada por el autor en el
Ateneo de Madrid acerca de Concepción Arenal y su aportación a la reforma
penitenciaria.
El delincuente español: el lenguaje (1896). Analiza la jerga empleada por ciertas agrupaciones de personas (delincuentes y rufianes), desde la perspectiva de la lengua, la psicología y la sociología, así como sus caracteres específicos en España (alteraciones fonéticas, formas de representación, vocabulario propio, derivaciones, etc.) con ejemplos y un diccionario final.
El delincuente español: hampa (1898). Esta obra desarrolla la vertiente criminal del hampa, en referencia a aquellas personas (maleantes, pícaros, bandidos) que hacen del delito (robos y otros crímenes) su forma de vida y usaban un lenguaje particular (germanía). El autor investiga sobre su significado en la novela picaresca, enlazando las ideas literarias con otras razones científicas, propias de la antropología criminal. La obra se divide en tres partes: hampa social, gitanismo y hampa delincuente.
Consejo penitenciario: memoria leída en la sesión inaugural celebrada el 19 de octubre de 1905 (1905). Conferencia inaugural del Consejo Penitenciario que aborda diversas cuestiones, como las contribuciones españolas a los congresos penitenciarios internacionales, la necesidad de incrementar estas aportaciones y de constituir un órgano administrativo de relaciones internacionales penitenciarias, otras iniciativas del Consejo y retos penitenciarios pendientes como la formación y especialización de los empleados de prisiones o la organización de la Escuela de Criminología.
Un gran penólogo español: el Coronel Montesinos (1906). Es una biografía de Manuel Montesinos, donde estudia su vida, su obra y aportaciones a la reforma penitenciaria, analizando especialmente su contribución a la construcción de los sistemas progresivos.
El anarquismo en las prisiones (1907). A
partir de documentos y correspondencia incautados en las prisiones, el autor
reconstruye la vida, relaciones, pensamiento y fuga de la prisión del interno Espartaco,
cuyas ideas anarquistas surgieron en un presidio.
Sentido y tendencia de las últimas reformas en
criminología (1908). Centrado en el tratamiento penitenciario de los jóvenes
delincuentes (que considera el prototipo para el tratamiento de los adultos),
en el que debe primar ante todo el aspecto educativo.
El tatuage: en su evolución histórica, en sus
diferentes caracterizaciones antiguas y actuales y en los delincuentes
franceses, italianos y españoles (1908). Es un estudio monográfico de
los tatuajes (marcas «con caracteres imborrables en la piel del hombre vivo»).
Describe los elementos del tatuaje, que califica en: técnicos
(instrumental empleado, forma de hacerlo, materias colorantes, representaciones
gráficas), psíquicos (manifestación de la personalidad, y
motivaciones religiosas, amorosas, militares, etc.) y sociológicos
(que considera los más importantes, pues el tatuaje está íntimamente unido
al proceso del desenvolvimiento social). Analiza igualmente su evolución
histórica, significación antropológica e importancia en la actualidad, deteniéndose
especialmente en el ámbito delincuencial y carcelario y acompañando estadísticas.
La Cárcel Real de esclavos y forzados de las minas de
azogue del Almadén y las características legales de la penalidad utilitaria
(1913). Se trata de una monografía sobre la pena de trabajos forzados en minas,
estudiando su origen y evolución histórica ligada a finalidades utilitarias y
su regulación en la norma, acompañada de datos estadísticos.
Evolución penitenciaria en España (1918-1919). Gran obra publicada en dos volúmenes al final de su carrera, relativa a la privación de libertad en España. Se tratan con detalle aspectos como los tipos de penas de privación de libertad y su evolución histórica, la formación de los sistemas penitenciarios, el proceso de reforma penitenciaria en España, las iniciativas sociales y de caridad que han influido en ella, la descripción de los tipos de establecimientos penitenciarios y el estudio de la norma penitenciaria en la legislación del siglo XIX.
Para saber más:
SANZ DELGADO, Enrique, «Rafael Salillas y Panzano penitenciarista», en Anuario de derecho penal y ciencias penales, tomo 65, 2012, págs. 155 ss. Accesible online.